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martes, 20 de mayo de 2014

En busca de la peculiaridad

Vivimos en un mundo donde los estilos te definen como persona. Básicamente, es una manera de decir quién eres sin necesidad de inmutarte, y todos recurrimos a ellos para tener una apreciación superficial o no, de cada ser que nos rodea. ¿Caemos en prejuicios? Quizá. Pero es cierto que lo vivimos haciendo sin descansar. Queda de parte de uno saber utilizar ese recurso a tu favor, sin necesidad de hacer gran desparpajo.

En la cocina se vive esto, no solo importa el tipo de cocina que haces, sino, cómo la construyes. Un cocinero se define por muchas cosas, pero una de las principales es su estilo de cocina, estilo que va de la mano de sus experiencias como preparador de alimentos. Estilo, según la RAE, se define como: modo, manera, forma de comportamiento. Y sin duda alguna esto calza perfectamente en la vida de un cocinero, empezando porque todos tenemos nuestra distinguida sazón, nuestra manera de hacer las cosas, aún cuando manejemos técnicas y lenguajes similares. Y eso es lo bonito de esto, que somos miles de cocineros, todos diferentes pero con el mismo objetivo, hacer nuestro mejor trabajo de nuestra mejor forma y expender sueños y felicidad a cada persona que confíe en nuestra manera de cocinar, en nuestro producto final.

Estilos culinarios hay muchos, y yo en particular aún ando buscando el mío, quizá ya mi subconsciente lo sabe pero para mí no hay apuros, apenas estoy en un proceso de aprendizaje y estoy seguro que en cualquier momento lo sabré. Obviamente ya tengo algunos plenamente identificados, esos que van a la par con mis pensamientos y actitudes en la cocina y tengo mis razones para declararme seguidor de ellos. Entre ellos están, la cocina clásica, que no es otra cosa que tradición, porque siempre (como ejemplo cercano) mis emociones estarán ligadas a cosas como el arroz con coco de mi abuela, yo no paró de decir que es ¡¡el mejor del mundo!! y que algún día yo querré tener esa receta en mi libro de cocina. Se trata de la simpleza con resultados exquisitos. También esto va unido a la cocina regional, la cual me encantaría aprovechar cada día al máximo, utilizar productos locales, productos que me regale en diferentes temporadas mi país. ¿Porque no hacer cocina fusión? Es un riesgo que me encantaría tomar como cocinero, al igual que la cocina de vanguardia, que no es otra cosa que la cocina que llaman "molecular", un cambio sumamente más intenso de los otros estilos, se trata de texturas nuevas, de sorpresas en el plato. No puedo pasar por alto la cocina clásica enriquecida con la moderna, donde mantienes la pureza de los sabores pero cambias la ejecución, ayudándote de la cocina actual. Sería feliz abriendo la nevera y hacer  lo que hace mi mamá, echarle un ojo a todo lo que ha guardado de la semana y con ella crear comidas riquísimas en un instante, cocina por instinto. Hace poco descubrí la eco-cocina y es otra que me llama sumamente la atención, llevarte de la mano con el medio ambiente desde tu cocina, porque al fin y al cabo ¿Quién te regala los productos que cocinas a diario? no hay otra más que la naturaleza, solo ella.

Me cansaría de hablar de todos los estilos de cocina que me mueven como cocinero, ¡¡mi corazón salta de emoción con todos!! Es así, no puedo negarlo. Como dije, estoy en un proceso de crecimiento profesional, y no está lejos el día donde mi inclinación por un estilo sea absoluto, o quizá... cree un estilo híbrido de todo lo que me gusta. No puedo descartar ninguna posibilidad.



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